domingo, 30 de mayo de 2010

Carta a mi amigo Pepe Bravo

A MI BUEN AMIGO PEPE BRAVO
SANTAOLALLA

Mi amigo Pepe, como a él le gustaba que le llamaran, no era cualquier persona, era más que eso: era todo una “institución” en el pueblo de Alozaina, donde probablemente era más conocido, entre los cientos de amigos y vecinos de la localidad.
Era raro día que no fuera alguien a pedirle una herramienta, un favor, un consejo. Todo aquel que en su busca iba, encontraba satisfacción, además del problema resuelto, casi siempre de tipo mecánico. Una cortadora de césped que le faltaba un arreglillo, la pieza de algún tractor que ya no se encontraba ( si era necesario, Pepe hacía esa pieza, no había ningún misterio en ello), su ingenio era tal, que nada le resultaba imposible; además de solucionarte el problema, te daba lecciones de lo que fuere, eso sí siempre con sabiduría y el altruismo, y nunca de forma prepotente. Ese amigo o vecino, se iba contento, pues había mantenido cambios de opiniones y charlas constructivas, amén de llevarse esa pieza, soldada o esa madera cortada. Nunca le he oído pedir nada a cambio de ese servicio que él con toda seguridad llamaría favor y no prestación de servicio.
Su maquinaria y herramental era grande, pero más grande era el corazón de su dueño, que todo lo compartía y todo, absolutamente todo estaba a disposición de quien quisiera usarlo. Yo suelo definirle como “sabio”.Sabio es el que sabe muchas cosas y las enseña, pues para mí es eso. Es un gran conocedor de los animales (por lo tanto de la raza humana también), de las plantas, arboles, de la naturaleza en general.
Yo fui un privilegiado al conocerle, hace mas de 17 años, por motivos personales; desde entonces he estado yendo unas veces más frecuentes que otras, he hablado de su obra infinidad de veces, he llevado a personas, amigos y familia para que conocieran su labor “in situ” y en cada uno de esos viajes, mi viejo coche ha ido cargado hasta los topes, llevándole mil y una cosa que podría aprovechar; nunca me rehusó nada, todo le parecía perfecto, incluso cosas que me había encontrado en basuras que el podría sacarle un provecho.
Hace años que digo ser colaborador de dos ONG´s. La primera, bien estructurada, muy mediática a nivel local, recibiendo donativos milllonarios, coches, furgones y manteniendo una plantilla de administrativos que ya lo quisiera cualquier empresa.
Mi colaboración con la segunda, merece mi atención y preferencia, más aún en los momentos actuales, cuando hemos perdido el alma, así como el cuerpo de quien llevaba a sus hombros tan duro trabajo.
Dos cosas se me grabaron de sus múltiples charlas: 1ª “Nunca me llamaría para que fuera a prestarle una ayuda, tendría que salir de mi propia voluntad”
2ª El proyecto en el que se había metido desde hace muchos años (paradógicamente llamado “Proyecto Kimera”) lo intentaría llevar a a cabo hasta el fin de sus días (como así ha sido), anteponiendo sólo las necesidades de su esposa y sus hijas.
Yo entraba como por mi casa y lo que quisiera hacer, bien hecho estaba, decía Pepe. Buscaba algo en que ocuparme, algo por ordenar, por cambiar, por mejorar, se lo hacía saber a él y todo le parecía bien.
Conocer a Pepe, es verle amasando el pan, para luego meterlo en el horno, fabricado por él mismo, es verle preparar la miel de abeja recibida con amor, es verle hacer
jabones con aceites reciclados, conocer a Pepe es ayudarle a cambiar los serones de esparto cuando esta prensando su propio aceite, recogido previamente de sus propios olivares, recoger con él plantas aromáticas del campo, para luego poner a secar y hacer aceites aromáticos, es recoger con él de su pequeño huerto esos tomates que luego todos comeremos juntos en armonía. Para conocer a Pepe, sobre todo hay que escucharle y el mejor momento es cuando se vé vislumbrar la noche y delante de una chimenea, empieza ese contador de historias inacabables, llenas de paradojas y de enseñanzas.
¡ Que suerte los que hemos tenido la oportunidad de estar cerca de él ! Para cada uno de nosotros tenía la apalabra adecuada en el momento preciso. Su habitual vestimenta, cual era su mono azul y alpargatas, hiciera frío o calor, junto con su larga melena, recogida, su espesa barba puntiaguda, esos ojos vivarachos tras los lentes redondos y manos largas y curtidas, le daban un aire muy personal.
No sólo se preocupaba en acoger a los más necesitados, sino que inclusive les mantenía ocupado en alguna tarea, llegada la hora su comida siempre dispuesta y sus medicamentos a su debida hora, en los últimos tiempos con la valiosa ayuda de su colaboradora Mariló. Hasta los pájaros debían de estarle agradecidos, pues permitía a los gorriones y golondrinas hacer sus nidos dentro del gran salón, aprovechando cualquier rotura o hueco abierto, no le importaba que ensuciaran el suelo, había que dejarles hacer su vida, aunque hubieran traspasado la propiedad privada.
En dar lecciones, era el primero. Se las ingenió para hacer un viaje al Sahara, cosa que aprovechó para llevarse más de lo que podía. Allí experimento la forma de conseguir una poca de agua y enseñarles la forma de aprovecharla. Siempre habrá alguien que esté peor que uno mismo.
Las pocas veces que le he visto enfadado ha sido por injusticias sociales y desacuerdos políticos, no sin falta de razón.
Para él ha terminado su labor en la tierra, conociéndo como es, e incapaz de permanecer cinco minutos ocioso, no me extrañaría se ponga a trabajar, allí en el cielo, que a buen seguro algo encontrará por arreglar.
Descansa en PAZ, mi buen Amigo Pepe Bravo, que dejó este mundo, el día 2 de Mayo del año, dos mil, diez.

Tu siempre amigo

Pepe Rivera

3 comentarios:

@reginacc_ dijo...

Grande Pepe, si señor. Y preciosa carta y descripción para aquellos que no le conocieron. Yo por suerte, le escuché contar muchas historias...

Drysilda dijo...

Mi tio Pepe, que puedo decir de él, era lo más grande, su mirada lo decía todo, su respeto, su naturaleza, él nunca se irá, porque estará en el corazón de todos los que lo conocimos, su mono azul, su barba y su trenza, que razón tienes amigo, inconfundible y único. Seguro que donde haya ido están alucinando con él, aqui en la tierra ha dejado su huella y no se va a borrar nunca.Eres el rey, nos volveremos a ver tio Pepe

revellin dijo...

He estado un par de dias en el pueblo,pues fui requerido para colaborar en la feria del Partron.
Se sigue respirando en el ambiente es espíritu de Pepe, que ha conseguido reunir a toda su familia y un monton de amigos que hemos ido a ayudarle, ya que él desde arriba, nos sigue dirigiendo. Ojalá este espiritu continue por largo tiempo.
Amigo Pepe:!! sigues entre nosotros¡¡¡¡